Los primeros días del mes de diciembre ha habido tendencias meteorológicas variadas, donde los acumulados de lluvia y nieve más importantes de nuevo se han concentrado en la vertiente cantábrica.

Sin embargo, de cara a Navidad las primeras previsiones apuntan a una situación muy diferente. El escenario más probable que se contempla incluye un ascenso del anticiclón hacia el entorno del Mar del Norte para los días más importantes de las fiestas navideñas, por lo que los vientos predominantes podrían ser los de levante en la mayor parte del territorio, según adelanta Meteored.

Si se cumplen las previsiones, serán unas navidades más frías de lo normal. Los mapas prevén temperaturas de 1 a 3 °C por debajo de la media en Galicia, vertiente cantábrica, norte de Castilla y León y en el valle del Ebro. En el resto del país, incluyendo Baleares y Canarias, se esperan temperaturas hasta 1 °C más bajas de lo normal.

Con este escenario, la excepción estaría en el sur de Extremadura y en la mitad occidental de Andalucía, donde rondarían los valores medios. Después se prevé una normalización de las temperaturas, en la mayoría de las comunidades, coincidiendo con la llegada del 2022.

Unas posibles 'Navidades blancas'

En cuando a las lluvias, los días de Navidad podrían dejar más precipitaciones de lo normal en la Comunidad Valenciana, Región de Murcia, levante almeriense y en las Pitiusas, situación que se mantendría hasta los primeros días del 2022 por la persistencia del flujo de levante o/y la presencia de aire frío en altura. También podría llover más de lo habitual en Canarias por posibles descuelgues de aire frío en altura.

En cambio, serían unos días bastante menos húmedos de lo normal en la vertiente cantábrica, noroeste de Castilla y León, Galicia, Sistema Central, Pirineo Central y Occidental y en algunas zonas de Castilla-La Mancha.

Aunque se suele asociar la nieve a las fiestas navideñas, en España esto solo suele suceder en la mitad norte y en zonas de montaña, aunque se han dado grandes temporales de nieve coincidiendo con la Navidad, siendo algunos de los más conocidos el de 1926 en el sureste (la Nevà Grossa) o la gran nevada que sepultó la ciudad de Burgos en el año 2004.

Los espesores son bastante importantes en el Pirineo y en la Cordillera Cantábrica, aunque si se cumplen las previsiones no aumentará mucho más durante la Navidad. En cambio, las estaciones del Ibérico sur podrían verse beneficiadas por el escenario que plantea el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas.